Ciudad de México.- Enterrada en una fosa común en Morelos, entre una pila de cadáveres que no fueron identificados y que permanecieron abandonados desde principios del año 2010, fue así como la Procuraduría General de la República (PGR) encontró los restos de Priscila Loera, una joven que fue secuestrada en la ciudad de México desde diciembre de 2007 y cuyo secuestro es considerado uno de los más largos en la historia del Distrito Federal.
Autoridades de la dependencia federal revelaron que el cadáver de la joven fue hallada sin vida en un paraje de Huitzilac, Morelos, en los límites entre la ciudad de México y aquel estado, en febrero de hace tres años. Sin embargo, desde entonces ninguna autoridad hizo los estudios suficientes para identificarla.
Hasta hace unas semanas, en la policía de Investigación de la PGJDF, consideraban que la joven continuaba con vida pero también admitían que los esfuerzos por encontrarla se habían reducido. El caso Base Pantaco, como lo conocían en la Fiscalía Antisecuestros, era uno de los más largos de la ciudad: más de seis años en cautiverio.
Fue hasta ahora que la Unidad para Personas Desaparecidas de la PGR hizo un comparativo del ADN de los cuerpos que están en esa fosa común, con el de personas que buscan a sus familiares desaparecidos, que la dependencia que encabeza Jesús Murillo Karam, supo que uno de ellos era el de Priscila Loera.
De acuerdo con los reportes, fueron policías municipales de Huitzilac los que encontraron a esta joven la mañana del 19 de febrero de 2010. Su cuerpo sin vida fue abandonado en el kilómetro 2 de la carretera libre que lleva a la zona de Tres Marías. En ese momento las autoridades no encontraron algo que la identificara.
Los vecinos del lugar dijeron no conocerla y la Procuraduría del Estado sólo atinó a suponer que no era una persona del rumbo. Pese a ello, las autoridades de Morelos —que entonces era gobernado por Marco Antonio Adame— no hicieron los análisis necesarios para saber de quién se trataba.
Y aunque la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) ya llevaba dos años buscándola, las autoridades de aquel estado no le reportaron el hallazgo. Así, el cuerpo de Priscila permaneció algunos meses en el servicio médico forense estatal, y después, como nadie lo reconoció, lo enviaron a la fosa común.
El viernes en que la policía la encontró sin vida, Priscila recién había cumplido dos años y dos meses de cautiverio. Para entonces, su padre ya había vendido todas sus cosas, y entregado más de un millón y medio de pesos tratando de que los plagiarios que la tenían la regresaran con vida. Pero todo fue en vano.
En el mes de agosto de 2010, en casa de Priscila los familiares aún recibieron llamadas que exigían dinero supuestamente para liberarla. Pero su familia ya no tenía para apagar. Entonces se perdió la comunicación con los secuestradores. Las investigaciones de la Procuraduría de Justicia capitalina siempre encaminaron a que ella estuvo cautiva en algún punto entre Morelos y Guerrero. Y ahí fue donde la hallaron sin vida.
Según la averiguación previa, Priscila fue secuestrada por al menos cinco sujetos el 11 de diciembre de 2007 en la colonia Pro-Hogar en Azcapotzalco. Acaba de cumplir 18 años, y estaba por graduarse de la preparatoria. Varios de ellos fueron identificados en la investigación, pero la mayoría continúan libres.
Sólo hubo un detenido quien fue sentenciado a finales de 2010 a 60 años en prisión. Se trata de Nino Colman Hoyos Henao, un colombiano que trabajaba en la empresa de transporte del padre de la joven, y quien supuestamente, al renunciar, creó dos cuentas que se ocuparon para negociar con los familiares de Priscila.
Fuentes: La Razón – El Universal
Autoridades de la dependencia federal revelaron que el cadáver de la joven fue hallada sin vida en un paraje de Huitzilac, Morelos, en los límites entre la ciudad de México y aquel estado, en febrero de hace tres años. Sin embargo, desde entonces ninguna autoridad hizo los estudios suficientes para identificarla.
Hasta hace unas semanas, en la policía de Investigación de la PGJDF, consideraban que la joven continuaba con vida pero también admitían que los esfuerzos por encontrarla se habían reducido. El caso Base Pantaco, como lo conocían en la Fiscalía Antisecuestros, era uno de los más largos de la ciudad: más de seis años en cautiverio.
Fue hasta ahora que la Unidad para Personas Desaparecidas de la PGR hizo un comparativo del ADN de los cuerpos que están en esa fosa común, con el de personas que buscan a sus familiares desaparecidos, que la dependencia que encabeza Jesús Murillo Karam, supo que uno de ellos era el de Priscila Loera.
De acuerdo con los reportes, fueron policías municipales de Huitzilac los que encontraron a esta joven la mañana del 19 de febrero de 2010. Su cuerpo sin vida fue abandonado en el kilómetro 2 de la carretera libre que lleva a la zona de Tres Marías. En ese momento las autoridades no encontraron algo que la identificara.
Los vecinos del lugar dijeron no conocerla y la Procuraduría del Estado sólo atinó a suponer que no era una persona del rumbo. Pese a ello, las autoridades de Morelos —que entonces era gobernado por Marco Antonio Adame— no hicieron los análisis necesarios para saber de quién se trataba.
Y aunque la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) ya llevaba dos años buscándola, las autoridades de aquel estado no le reportaron el hallazgo. Así, el cuerpo de Priscila permaneció algunos meses en el servicio médico forense estatal, y después, como nadie lo reconoció, lo enviaron a la fosa común.
El viernes en que la policía la encontró sin vida, Priscila recién había cumplido dos años y dos meses de cautiverio. Para entonces, su padre ya había vendido todas sus cosas, y entregado más de un millón y medio de pesos tratando de que los plagiarios que la tenían la regresaran con vida. Pero todo fue en vano.
En el mes de agosto de 2010, en casa de Priscila los familiares aún recibieron llamadas que exigían dinero supuestamente para liberarla. Pero su familia ya no tenía para apagar. Entonces se perdió la comunicación con los secuestradores. Las investigaciones de la Procuraduría de Justicia capitalina siempre encaminaron a que ella estuvo cautiva en algún punto entre Morelos y Guerrero. Y ahí fue donde la hallaron sin vida.
Según la averiguación previa, Priscila fue secuestrada por al menos cinco sujetos el 11 de diciembre de 2007 en la colonia Pro-Hogar en Azcapotzalco. Acaba de cumplir 18 años, y estaba por graduarse de la preparatoria. Varios de ellos fueron identificados en la investigación, pero la mayoría continúan libres.
Sólo hubo un detenido quien fue sentenciado a finales de 2010 a 60 años en prisión. Se trata de Nino Colman Hoyos Henao, un colombiano que trabajaba en la empresa de transporte del padre de la joven, y quien supuestamente, al renunciar, creó dos cuentas que se ocuparon para negociar con los familiares de Priscila.
Fuentes: La Razón – El Universal
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