NOTA Y FOTOS DE ''LA POLICIACA
Aguascalientes .- Decidió matar a su “amigo”, simplemente porque le ganó un “volado” por su vehículo y para no entregarlo decidió aventarlo a lo hondo del tiro de una mina ubicada en el Municipio de Asientos, donde permaneció por espacio de tres meses, sin embargo, el homicida ya fue detenido por elementos de la Policía Ministerial y el cuerpo recuperado tras una ardua labor de rescate.
El homicida fue identificado como Francisco Montiel Haro, alias “El Pancho”, de 50 años de edad, con domicilio en la calle Julián Medina, de la colonia Insurgentes, el cual reconoció los hechos e incluso llevó a las autoridades hasta el sitio donde había arrojado el cuerpo.
Mientras que el hoy occiso fue identificado como Juan Carlos Proa Mena, conocido como “El Proa”, de 45, con domicilio en el fraccionamiento Guadalupe Peralta, de oficio mecánico, cuyo cuerpo se encontraba prácticamente momificado por las condiciones en que se encontraba dentro de la mina.
Este homicidio se registró el pasado 22 de septiembre del año en curso, cuando según señaló el “El Pancho”, se encontraba en su domicilio de la colonia Insurgentes ingiriendo bebidas embriagantes, cuando llegó “El Proa”, a quien luego de saludar invitó a pasar a su casa, así, una vez que entró comenzó a beber.
Minutos más tarde llegaron dos amigos más y los cuatro siguieron la “fiesta” dos horas más, fue en ese momento que “El Pancho” vio que “El Proa”, llevaba entre sus manos un folder amarillo, por lo que decidió preguntarle sobre su contenido, respondiendo éste que eran los documentos de su auto.
En ese momento el hoy homicida le dijo que si se jugaban en un volado sus coches, el de los papeles de El Proa, contra un Chevrolet Cavalier Z-24, rojo, modelo 1989, el cual era propiedad de la esposa de El Pancho, el hoy occiso aceptó de inmediato y sacó la moneda que lanzó al aire, resultando ganador de la apuesta.
Sin embargo, el resultado no le agradó nada a El Pancho, por lo que propuso seguir bebiendo, luego de esto se fueron los amigos, pero los apostadores querían seguirla por lo que se trasladaron a la zona de tolerancia de Pabellón de Arteaga, a bordo del auto que había perdido el asesino.
Sin embargo, la zona de tolerancia conocida como “El Charquito”, estaba cerrada y para ese momento El Proa comenzó a maquinar la forma de deshacerse de su acreedor, por lo que le indicó que tomaran la carretera federal 22 y estuvieron buscando un lugar para comprar cerveza, pero no encontraron nada.
Luego de esto llegaron a una mina abandonada, ubicada en el municipio de Tepezalá, la cual conocía bien, pues había estado viviendo un tiempo en esta zona, en ese lugar le comentó a El Pancho que se detuviera para poder hacer sus necesidades fisiológicas, esto sólo para aprovechar el momento en que su “amigo” se descuidó al pararse justo en la orilla del tiro de la mina, para empujarlo por el pecho y que éste callera al vacío.
Luego de esto regresó al auto para dirigirse a su domicilio, pero al intentar encender el auto se percató de que ya no tenía gasolina, por lo que se durmió dentro de la unidad aproximadamente tres horas, despertando alrededor de las 06:00 horas, momento en que salió del auto y pidió un aventón para regresar a esta ciudad y solicitar a un familiar que fuera a recogerlo.
Así, 22 días después, decidió vender la unidad y la llevó a un lote de autos ubicado en el cruce de la avenida Aguascalientes y Cóbano, donde le dieron 19 mil pesos, y luego lo vendieron a una persona de San Luis Potosí, mientras que la familia del hoy occiso se presentaba ante el agente del Ministerio Público para presentar el reporte de desaparición.
Fue así que las investigaciones llevaron a los agentes ministeriales a El Pancho, quien en una primera instancia señaló que habían salido a buscar una cerveza, pero que luego lo había dejado en su casa sin embargo, al comentarle sobre el “volado” se puso nervioso y terminó por confesar lo que había hecho y llevó a los elementos al lugar donde había arrojado el cuerpo que fue rescatado por elementos de Bomberos del Estado.
Este fue trasladado a las instalaciones del Semefo, donde tras la necropsia se logró establecer que había muerto por las múltiples fracturas que había sufrido, por ello, el agente del Ministerio Público solicitó la orden de arraigo en su contra que fue concedida por 30 días.
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