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viernes, 18 de enero de 2013

Profanó la tumba de su abuela para robarle las joyas


foto y texto''LA POLICIACA''
Cuatro años después de haber profanado la tumba de su abuela para robar las joyas con las que fue sepultada, el nieto de la difunta fue detenido en el municipio de Cerralvo, Nuevo León.
Nuevo León.- Sin importarle la reacción de sus familiares, y con la intención de obtener dinero en forma fácil, un hombre decidió profanar la tumba de su abuela y se apoderó de varias joyas con las que habían sepultado a la anciana.
Se trata de Emilio Garza Salinas, de 27 años, quien fue capturado la tarde del jueves por un grupo de agentes ministeriales. Los delitos que le imputan a Emilio son el robo y la violación a las leyes de inhumación y exhumación, por lo que fue internado en el penal del Topo Chico.
Según los informes, la señora María Trinidad Garza Madrigal, de aproximadamente 70 años de edad, falleció por causas naturales hace alrededor de cinco años. Fue sepultada en el Panteón Municipal de Cerralvo, y en el transcurso del año 2009 la tumba fue profanada, siendo robados del cadáver algunos anillos y cadenas de oro.
El caso salió a relucir cuando familiares de la difunta observaron que Emilio y otro de sus primos, portaban varias de las joyas, por lo que los denunciaron ante las autoridades. Pero Emilio y su primo huyeron a los Estados Unidos, hasta hace poco que él decidió venir a su pueblo natal de visita.
Tras ser detenido, Garza Salinas negó haber robado las piezas de su abuela paterna, argumentando que el responsable fue su primo Rubén Ríos Garza, quien actualmente se encuentra prófugo en Estados Unidos.
Aseguró que Ríos Garza le debía 2 mil pesos y le pagó con los objetos de oro, aunque él conocía el origen de las mismas. “Yo no hice nada, más que agarré lo que me debía el chavo que hizo esto. Yo no fui a la tumba ni desenterré a mi abuelita. Lo hizo Rubén Ríos Garza”, intentó explicar.
Admitió que en aquellos días de 2009, Rubén le propuso profanar la tumba y apoderarse de los objetos de valor, pero según él, se negó rotundamente. “(Rubén) Me lo había dicho, me lo propuso (desenterrar a mi abuela), porque me debía 2 mil pesos, y yo le contesté que estaba loco, aunque de cualquier manera las agarré (las joyas), eso sí”, declaró.
El sujeto dijo estar tranquilo, sin arrepentimientos ni remordimiento de consciencia, aunque comprendió la reacción de sus familiares. “Unos reaccionaron enojados, como mi papá, y otros pues serios, pensando en que si lo hice o no lo hice”, puntualizó el detenido.
Emilio manifestó que tras obtener de su primo una cadena y una medalla de oro, fue a Monterrey y le vendió las prendas a un desconocido, por la cantidad de mil pesos.

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