Todos alrededor de un adicto
saben que él o ella necesita ayuda, pero a menudo el adicto no lo puede ver.
Muchos mueren exactamente de esa manera.
Muy a menudo, un adicto sabe en
el fondo de su corazón que él o ella necesita ayuda para romper el ciclo durante
suficiente tiempo para recibir la ayuda necesaria.
Un ejemplo que es muy común
es cuando un adicto encuentra un problema mayor (por ejemplo lo arrestan, lo
echan de su casa, pierde su trabajo) y en ese momento está perfectamente
dispuesto a discutir su adicción con sus seres queridos.
Desafortunadamente, si
no se aprovecha esta oportunidad rápidamente, las ganas de consumir la droga y
el ambiente abrumador forzarán al individuo a usarla de nuevo y pasará algún
tiempo antes de que él o ella encuentre las fuerzas que de nuevo rindan
cooperación hacia los esfuerzos de rehabilitación.
¿Cuáles son las razones del
adicto?
El adicto tiene cosas en su
pasado o en su presente que parecen eventos devastadores y que tienen algo que ver con las drogas.
Un
ejemplo es un adicto que ha perdido a sus mejores amigos debido a su adicción.
Otro ejemplo es una persona que pierde a su esposa y niño por abuso de drogas.
Un miembro de la familia puede mirar la vida del adicto y ver centenares de
razones por las que el adicto debería renunciar a las drogas, pero
desafortunadamente estas razones no son REALES para el adicto.
Hay, sin
embargo, problemas que el adicto encuentra que son reales o significativos en
la vida del adicto, los cuales ve el adicto que son razones para renunciar al
uso de las drogas.
Es importante identificar estas porque se pueden usar
durante la intervención para recordarle al adicto por qué debe buscar ayuda.
¿Qué presión siente ahora el
adicto?
El adicto no tiene necesariamente
la misma realidad sobre su adicción que la que puedan tener los que no son
adictos.
Por ejemplo, él o ella puede tener problemas de salud medio serios,
ningún amigo ni trabajo o ingreso, pero sentirse como que las cosas están “más
o menos bien”. Muchos adictos en realidad se han sobre dosificado y han estado
cerca a la muerte, y están usando drogas al mismísimo día siguiente.
Con esto en mente, el adicto de
vez en cuando se encuentra con presión adicional, que lo obliga a tomar una
decisión real sobre si consigue ayuda o sigue usando.
Cargos legales pendientes
que pueden fácilmente llevarlo a la cárcel, amenazas de perder a su esposo o
esposa, pérdida del trabajo pendiente, todas son situaciones posibles que
pueden ejercer suficiente presión en el adicto para combatir la adicción y
buscar ayuda.
Aunque una en particular puede no funcionar en su situación, hay
presiones que pueden tener peso y que ayudarán a estimular al adicto a una
decisión a buscar ayuda.
Es fácil asumir que el adicto simplemente está
“tratando de evitar ir a la cárcel” o alguna otra evaluación que en muchos
casos es cierta.
El hecho es que un adicto solamente buscará ayuda cuando
alguien o algo lo saca de su “zona de comodidad de la adicción” y lo obliga a
una decisión.
Los adictos con acceso a dinero, un lugar para vivir, gente que
acuerda con su uso y ningún problema legal, rara vez buscan ayuda.
Ellos “no
tienen problemas”. Es muy importante entender esto y será crucial en cualquier
intento de intervención.
¿Quién debe estar ahí para
ayudar?
Una de las mayores
consideraciones que se encuentran en la intervención es elegir quién va a estar
allí. Hay que pensar completamente este asunto de antemano. El número de
personas presentes es menos importante que quién esté allí.
De ser posible, la
persona ala que el adicto respete más debe estar presente.
Esta persona es un
líder de opinión para el adicto y tiene que estar allí para darle pleno soporte
al hecho de que la persona reciba ayuda y debe estar bien informado acerca de
la agenda real.
Tantos miembros de la familia
como sea posible deben estar allí siempre y cuando todos y cada uno de ellos
esté completamente de acuerdo acerca del hecho de que la persona necesita ayuda
y que respalde la agenda general.
Si hay alguien antagonista en la familia
contra el adicto y no es capaz de controlarse de presentar argumentos y
acusaciones, entonces usted puede considerar dejar a esa persona fuera.
Generalmente, el adicto tiene muchos enemigos y le ha hecho mal a la mayoría de
la familia pero las discusiones y la indisposición no benefician la causa de
hacer que el adicto busque tratamiento.
De hecho, generalmente resulta en
impedir que esto ocurra porque el foco de atención se coloca en la discusión y
no en el asunto que nos atañe.
La meta general es llevar al
adicto a un momento en el que se dé cuenta que hay un problema y que esté
dispuesto a buscar ayuda. Cuando se haya logrado esto, esté preparado para
llevarlo a tratamiento sin tardanza.
Gracias mil por sumar esfuerzos
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